Hoy os hablaré un poco de cómo va La leyenda de Draelon III. Lamentablemente, el título es algo que yo dejo para el final y ninguna de mis novelas han acabado llamándose como pensé en un inicio. El secreto del bosque de los desamparados iba a ser El principio del fin. Un nombre muy poco original, la verdad.
El emisario de hielo iba a ser La devastación del cofre calavera. Luego, La ascensión del tirano. El primer nombre lo descarté principalmente porque tuve que acabar la novela antes de lo que pretendía y el título dejó de tener sentido. El segundo me gustaba, pero una vez escrita y revisada comencé a barajar diferentes títulos y si no recuerdo mal los finalistas fueron: La ascensión del tirano, El surgir de un héroe y El emisario de hielo.
Dicho esto, no tengo un título definitivo para la tercera novela. De momento solo os puedo decir que en mi ordenador el archivo se llama Canake. Tiene mucho sentido este título con el nombre del protagonista de los prólogos, pero creo que, quizá, revela demasiado.
Antes de continuar quiero compartir con vosotros una imagen del estado actual de Canake. Creo que la IA ha logrado plasmar muy bien la idea que tengo de él en mi cabeza. En ella vemos a un hombre consumido por las llamas con su característica armadura de piedra.
La verdad es que los resultados son asombrosos. Esto tiene su parte buena y su parte mala. Los ilustradores deben de estar cabreados, pues supongo que su carga de trabajo habrá menguado considerablemente desde que se pueden conseguir resultados como este dándole unas pocas instrucciones a una máquina.
Yo por mi parte lo agradezco, me va muy bien para los post de Instagram y demás. Supongo que no tardará mucho en llegarnos el turno a los escritores. Sin embargo, creo que una máquina nunca tendrá la creatividad de un ser humano. Pasa como con los dibujos, si quieres algo genérico, como un hombre negro, calvo, con algunas arrugas y una armadura de piedra rodeado de llamas, pues tienes este resultado. Pero me ha pasado otras veces que he querido algo en concreto y no he logrado hacerlo. Esto es por mi falta de conocimiento, pero si le hubiese pedido eso a un ilustrador no hubiese tenido ningún problema en hacerlo. Pagando, claro.
Al lío que me enrollo con cosas que no vienen al caso.
Siguiendo el esquema de la imagen del inicio del post, el título ya lo tenemos resuelto.
Seguimos con los capítulos.
Actualmente, estoy en el capítulo 19. Este capítulo tiene unas 3000 palabras más o menos y es un capítulo que me está costando. Creo que es difícil, pues es un momento crítico para la vida de uno de nuestros protagonistas.
En él tengo que hablar mucho sobre sentimientos. Casi todos negativos. El problema es que hay muchos que desconozco. A veces se me hace difícil meterme en la piel de ese personaje y ver de qué modo se rompe en mil pedazos. Al final tengo que intentar que actúe por sí solo y no como yo lo haría y ahí es donde reside la dificultad para mí en este caso y me surgen muchas dudas. ¿Actuamos todos igual antes situaciones difíciles? Evidentemente no. ¿Nos consumimos todos igual ante la tristeza? Tampoco.
Mucha gente se alivia llorando, por ejemplo. Otros muchos, como yo, no lloramos casi nunca. Eso no significa que no sucumbamos ante la tristeza, simplemente actuamos diferente. Entonces, ¿qué haría Nilsa ante la tristeza más desoladora? ¿Qué haría Connor? ¿Sorin? Y no solo qué harían, lo que más me cuesta es saber como se sienten. Es como cuando le pasa algo a alguien cercano, podemos hacernos una idea de cómo se sienten, pero no podemos tener ninguna certeza. El problema es que yo necesito saberlo. Es más, debería saberlo. Todos ellos han salido de algún lugar de mí.
Siguiente apartado: Palabras actuales.
115.000 palabras. Ya es más largo que El secreto del bosque de los desamparados. Estoy casi seguro de que acabará siendo más largo que El emisario de hielo. No sé qué me pasa, pero mis historias van creciendo de un modo descontrolado hasta que te encuentras en el punto en el que no puedes explicar todo cómo te gustaría por no hacer un libro de 1000 páginas. Por ejemplo, volviendo al tema de antes de la tristeza y las situaciones complicadas. Para hacerlo como a mí me gustaría necesitaría como 50.000 palabras más para explicar la evolución de un personaje que sucumbe ante la tristeza de un modo atroz.
Evidentemente no puedo. ¿Imagináis sumarle esas 50.000 palabras a las 115.000? Si tenemos en cuenta que esta parte era lo que inicialmente tenía pensado para El emisario de hielo y que, el contenido del tercer libro todavía estaría por llegar, ¿con cuántas palabras acabaría esta novela? ¿300.000? Son demasiadas.
Tal vez para los que publiquen con editorial tradicional no sea un problema el número de palabras, pero para un autopublicado como yo sí que lo es. Al final, esto es un negocio. No hablo de hacerte rico, pero al menos que si vendes un libro te quede algo de dinero para poder invertir en el siguiente. Me explico haciendo un cálculo aproximado.
Imaginad un libro de 200 páginas. Un libro que está bien, cortito. Este libro por 10€, por ejemplo, estaría bien, incluso sería barato. Vamos a doblarlo. Imaginad un libro de 400 páginas. Es el doble de faena que el de 200 para todo el mundo: autor, corrector, maquetador… El portadista no, ese hace una portada y a tomar por c…
En este caso el libro de 400 páginas que costase 20€ quizá ya sería un poco caro. Asumible pero caro. Si tenemos en cuenta lo difícil que es darse a conocer como escritor, si ponemos precios caros, mierda. Debe de tener un precio justo.
Doblémoslo otra vez. 800 páginas a 40€. ¡Qué locura! ¿Verdad? Nadie en su sano juicio se gasta 40 euros en un libro. Alguna excepción habrá de algún fan, pero vaya, no es algo muy común.
Y por eso, un autopublicado debe de tener cuidado con el número de palabras. Al final, yo sí que voy a pagar en función de las palabras que escriba y no podré ponerle un precio acorde. Eso hará que me cueste mucho más recuperar la inversión y, como he dicho, si no quisiera ganar nada de dinero lo publicaría gratis en Wattpad o algo así y no invertiría un solo euro en él como tantos otros hacen. ¿O me vas a pagar 40 euros?
También están los que publican en Amazon, cobrando un dinero por el libro, y luego resulta que está plagado de faltas y mal maquetado. Creo que eso tampoco es correcto, pero ahí ya no me meto.
Porcentaje de la novela actual
Lo que pasará después es totalmente desconocido para mí. Sé solo lo básico, el resto está en mi cabeza dando tumbos y buscando la mejor alternativa para llegar a ese final con el que espero sorprender a todo el mundo. Lo cierto es que con el contenido actual ya tengo para una novela de un tamaño considerable, pero pretendo mantener lo que dije y pensé en un inicio y que esta saga termine siendo lo que empezó: una trilogía.
Sin vosotros esto no tendría ningún sentido.