Los que habéis acabado de leer El secreto del bosque de los desamparados, ¡sabed que no os olvido!
A todos aquellos que apostasteis por mí leyendo El secreto del bosque de los desamparados, ¡sabed que no os olvido!
Para mí lo más importante es vuestro apoyo, y no me cabe la menor duda de que sin el esto no hubiese sido posible. Después de un mes de su lanzamiento estoy muy contento con la buena acogida que está teniendo la novela, pero sin duda lo que más feliz me hace son vuestras opiniones positivas, motivándome a seguir día a día con la escritura. Una vez más, ¡muchas gracias a todos por vuestro apoyo!
Lamentablemente, ya no dispongo de tanto tiempo como cuando escribí El secreto del bosque de los desamparados. Antes no tenía que gestionar mis redes sociales dado que mi aparición en ellas, hasta la publicación de la novela, era prácticamente inexistente. Ahora tengo que gestionar Facebook e Instagram, además de la página web que también la gestiono en solitario. Añadámosle que tengo un trabajo de 8 horas diarias y soy padre de dos hijos, aunque eso ya lo tenía cuando escribí la primera novela.
No obstante, no me he olvidado de los que estáis esperando la segunda parte para ver como continúan nuestros amigos (o como mueren nuestros enemigos) y continuo escribiendo a diario, dedicándole todo el tiempo del que dispongo.
Lo que sí os puedo garantizar es que: la espera merecerá la pena, ya que considero que esta segunda parte de La leyenda de Draelon es aún mejor que la primera. Esta parte de la historia ofrece muchas posibilidades, y mis habilidades como escritor se han desarrollado a un ritmo vertiginoso.
Para despedirme, dejadme recompensaros con un pequeño fragmento de texto de un capítulo de la segunda novela en el que profundizaremos un poco más en el príncipe Garloc Tok.
No continúes leyendo si no has leído en su totalidad El secreto del bosque de los desamparados.
—Déjame que te hable de algo —dije agachando la cabeza, mirando mi ración de cerdo especiado de la que no había probado bocado.
Mi padre me hizo un gesto con la cabeza dándome a entender que me escuchaba.
—Se trata de algo que nunca te ha importado lo más mínimo —añadí alzando la cabeza de nuevo para mirarle—. Mis sentimientos.
Mi padre bufó.
—Tampoco es que tú te preocupes mucho por mi bienestar.
—Ya… —añadí—, pero tú eres el padre y yo el hijo. Eres tú quien debe preocuparse por mí y no al revés. No obstante, no te guardo rencor por ello. De lo que si estoy seguro es de que en el infierno hay un sitio guardado para nosotros dos, esperando que llegue nuestro final para hacernos pagar por nuestros actos en vida.
Nagan Tok soltó una sonora carcajada que retumbó por toda la estancia.
—Te he dado suficiente, Garloc. Has tenido más de lo que has deseado y te parece insuficiente.
—Nunca he tenido tu cariño. —Le miré fijamente y observé como la ira de sus ojos había desaparecido—. Y tampoco has hecho nada para ganarte el mío.
—La vida de rey es dura, Garloc —contestó Nagan Tok—. Te aseguro que te he querido a mi manera.
—No seas hipócrita —dije molesto—. La única persona que alguna vez me ha querido ha sido mi madre. ¿Te acuerdas de mi madre? ¿De los golpes que le diste? Aquel día me arrebataste a la única persona que me amó. Yo solo era un niño de once años y ni siquiera te importó matarla en mi presencia.
Ahora era yo quien sentía como la ira crecía en mí. Recordar lo que aquel canalla había hecho a mi madre me enfurecía más que cualquier otra cosa.
—Garloc… —Mi padre suspiró—. Ya deberías haber aprendido que ni los buenos son tan buenos como parecen ni los malos son tan malos.
Me ha fascinado. Cada capítulo en el que cambias de narrador hace que te quedes con las ganas de saber mas de el y de lo que le depara. La historia es muy bonita con sus giros inesperados y te atrapa hasta no poder soltarlo por horas. Cada personaje tienen su encanto. Muchas gracias por esta creación y sin duda quiero más. Deseando tener en mis manos el segundo tomo.
Hola, Ainhoa.
Tus palabras me alegran mucho y me dan fuerzas para continuar. ¡Muchas gracias!